"Pero es que a mi no me gusta estar entre locos." Observó Alicia.
"Eso sí que no lo puedes evitar- repuso el Gato de Cheshire- todos estamos locos por aquí. Yo estoy loco; tu también lo estás."

lunes, 22 de marzo de 2010

Curiosidades sobre Japón II

El otro día, carteándome con una de mis amigas japonesas y hablando de la cotidianeidad de nuestras respectivas vidas, además de darme cuenta lo diferente que puede ser una tontería como la rutina de dos personas tan alejadas cultural y territorialmente me percaté de un curioso detalle acerca de la manera de entender también los sentimientos.

Es por muchos bien conocido la forma tan "especial" que tiene los japoneses de comunicación, o mejor dicho, su no-comunicación, debido a la importancia que le dan a saber leer entre líneas y a tratar de entender sin palabras al resto, lo cual es curioso porque no son nada bueno haciendolo juju Pero no era de eso de lo que hablabamos, sino de los celos.

Mientras que aquí pienso que los celos está visto como un defecto, algo patológico, venido de un gran ego o de todo lo contrario, de una falta de confianza tal que deviene en más que pura una territorialidad sana, allí es visto como una forma de expresar unos sentimientos amorosos muy fuertes, tanto que quieres acaparar a esa persona para ti. Y esta bien visto, o mejor dicho, es eso, una muestra muy "hermosa" del amor de esa persona hacia ti.

Lo que me hace pensar que en una sociedad como en la suya, en dodne los sentimientos se dicen en muy pocas ocasiones y en donde permanentemente viven en la duda de si "me quiere o no" debido a esa falta de comunicación, los celos son la forma más palpable de esos sentimientos. Por lo que se ha positivizado y asemejado a un sentimiento de amor y pasión simple y llanamente, sin maldad alguna.

Aunque no nos equivoquemos, sea por una muestra algo más pasional o no de sentimientos, el desear que esa persona no se relacione con el sexo opuesto por celos no es bueno, lo piense quien lo piense, pues una relación debe estar basada en la confianza. ¡Que menos! Ya no estamos en la época en la que nos arreglaban el matrimonio como un contrato, ahora somos lobres de amar a quien queramos. ¿No es pues una contradicción que celemos de los que amamos como si eso realmente pudiera mantenerlos a nuestro lado? ¿No es acaso todo lo contrio, no puede eso separarnos?

Bueno, es sólo una reflexión acerca de lo diferentes que somos y a la vez de un tema que creo que es muy interesante.
Así pues, como conclusión a lo que se respecta a la cultura japonesa, sí, puedo decir de primera mano que todo lo que aparece en los cómics acerca de la felicidad que sienten al sentir los celos en su pareja o en los celos patológicos que suelen sufrir es la pura realidad.

Si es triste o no os lo dejo a vosotros concluirlo.

1 comentario:

  1. La sociedad de consumo en la que vivimos nosotros, esta especie de cristianismo consumista, está cambiando la concepción de la avaricia y la envidia como los pecados de desear los bienes ajenos a una supuesta virtud que nos hace querer mejorar constantemente y alcanzar metas, materiales o no, más altas.
    Obviamente si está bien visto y hasta se promueve desear lo que tienen los demás si es mejor, los celos son una consecuencia inevitable. Así que si antes fueron una patología hoy deberían ser considerados simples "daños colaterales" del marketing.

    Así que bueno, ellos valoran los celos, nosotros la envidia... Al final la relativización de todo lo bueno y lo malo es un problema global, no algo aislado.

    Guille :D Bonito blog

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